Este pequeño hotel rural con encanto se encuentra situado en una antigua herrería del siglo XIV, entre jardines de robles, encinas y campos de pasto. La edificación conserva el encanto original con techos abovedados, madera y paredes de piedra, en los antiguos establos se encuentra hoy un tranquilo salón bar con chimenea y zona de lectura. En el jardín se dispone de piscina de agua salada y terraza donde poder disfrutar del desayuno con vistas a las montañas de la Vall de Bianya. Sus habitaciones son un romántico mestizaje de estilo rústico y toques modernos, algunas disponen de amplias y tranquilas terrazas, otras cuentan con balcón y existen dormitorios con cama dosel y sábanas de algodón egipcio. Se elabora una cocina de estilo tradicional catalana con productos de proximidad. En los alrededores puede realizarse diversidad de actividades de turismo activo, descubrir la zona volcánica de La Garrotxa, pasear en bicicleta por la vía verde del Carrilet o visitar las diversas ermitas románicas de la Vall de Bianya.